jueves, 8 de diciembre de 2011

Sofócles


Poeta trágico griego. Hijo de un rico armero llamado Sofilo, a los dieciséis años fue elegido director del coro de muchachos para celebrar la victoria de Salamina. En el 468 a.C. se dio a conocer como autor trágico al vencer a Esquilo en el concurso teatral que se celebraba anualmente en Atenas durante las fiestas dionisíacas, cuyo dominador en los años precedentes había sido Esquilo.

Comenzó así una carrera literaria sin parangón: Sófocles llegó a escribir hasta 123 tragedias para los festivales, en los que se adjudicó, se estima, 24 victorias, frente a las 13 que había logrado Esquilo. Se convirtió en una figura importante en Atenas, y su larga vida coincidió con el momento de máximo esplendor de la ciudad.
Amigo de Herodoto y Pericles, no mostró demasiado interés por la política, pese a lo cual fue elegido dos veces estratego y participó en la expedición ateniense contra Samos (440), acontecimiento que recoge Plutarco en sus Vidas paralelas. Su muerte coincidió con la guerra con Esparta que habría de significar el principio del fin del dominio ateniense, y se dice que el ejército atacante concertó una tregua para que se pudieran celebrar debidamente sus funerales.
De su enorme producción, sin embargo, se conservan en la actualidad, aparte de algunos fragmentos, tan sólo siete tragedias completas: Antígona, Edipo Rey, Áyax, Las Traquinias, Filoctetes, Edipo en Colona y Electra. A Sófocles se deben la introducción de un tercer personaje en la escena, lo que daba mayor juego al diálogo, y el hecho de dotar de complejidad psicológica al héroe de la obra.


Edipo Rey

Es la obra más popular de sofócles y narra la vida de un rey con este nombre, quien sin saberlo está casado con su madre. Este rey es un ser humano con espíritu de servicio, preocupado por el bienestar de la gente de su reino y angustiado por la peste que había en esos días, manda a Creón, hermano de Yocasta, la reina, a consultar el oráculo y éste le dice que el asesino de Layo, antiguo rey, habita en el reino y que el mal saldrá de él en cuanto tal asesino sea desterrado o muerto.
Ante tal noticia Edipo maldice al asesino y manda traer al vidente de aquel reino quien le dijo que no diría nada de lo que sabe, ya que Edipo y el reino sufrirían grandes decepciones. Ante la negativa del vidente y ante las insinuaciones de éste, Edipo no cesa de investigar hasta que se entere que el rey Layo fue muerto en el cruce de caminos donde Edipo mató a unos hombres cuando venía huyendo de su casa en Corinto ya que una maldición pensaba en él y ésta decía que mataría a su padre y se casaría con su madre y de esta unión nacerían hijos que a la vez serían sus hermanos, por tal motivo sale de su casa y tomó camino a su ahora reino, pero en el cruce de caminos mató a, quien sin saberlo, era su padre.
Con ayuda de un siervo antiguo de Layo quien le cuenta que el hijo de Yocasta y Layo no había muerto aún con la orden y consentimiento de sus padres, y que éste siervo lo entregó con unos garfios en sus padres, y que éste siervo le entregó con unos garfios en sus pies, Edipo ató cabos y se dio cuenta de que aquel hombre al que mató era su padre y que su esposa era su madre y sus hijas eran sus hermanas.
Al saber la verdad Edipo dice ser el hombre más desdichado que aquellas maldiciones que había hecho contra el esesino de Layo debían de cumplirse y ser desterrados.
Por otra parte, Yocasta, el ver descubierta la verdad que tanto evitó se suicida, ante tal acción Edipo se saca los ojos dejándose ciego y ruega a Cerón, hermano de Yocasta, que cuide a sus hijas y que su deseo de ser desterrado fuera cumplido.

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